Podemos empezar a tratar el dolor y la inflamación inmediatamente después del daño o de la cirugía. La fase de fortalecimiento y los ejercicios activos generalmente comienzan dos semanas después de la cirugía, cuando se han retirado los puntos quirúrgicos o ha pasado el periodo de inmovilización.
Retrasar el inicio de la terapia generalmente no es beneficioso debido a que en este tiempo podemos tener problemas secundarios compensatorios.
La duración del tratamiento dependerá del tipo de enfermedad o lesión, si es aguda o crónica y de la colaboración del paciente.
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